miércoles, 27 de marzo de 2013

Reconocimiento a mi obra "Lorena, La Apostadora"

Reconocimiento a mi obra "Lorena, La Apostadora" ganadora en el XXXIII CONCURSO INTERNACIONAL DE POESIA Y NARRATIVA - Letras para el Mundo  2013, en el género Narrativa





Lorena, La Apostadora
Por: Carlos M. Rentería



Lorena, una mujer de unos 30 años, de cuerpo esbelto o como se diría una mujer gruesa pero con una particularidad es alta y sabe caminar, unos ojos verdes bien bonitos y como decimos los hombres bien puestos porque hacen conjunto con la cara, de piel trigueña, pero el tiempo y el trajín del día a día, las madrugadas y las trasnochadas ya notan su desgaste. Lorena es una mujer que hasta hace dos años vivió con el padre de su hijo Martín de escasos 8 años, pero ella lo dejo por más libertad e independencia. Todos los días Lorena deja a Martín en el colegio distrital donde cursa 3 grado de primaria y luego de ese recorrido diario y obligatorio se dirige al transporte ligero que la lleva y la trae en menor tiempo y se dirige hacia al norte de la ciudad y abrir el negocio de juegos y apuestas. Abre el negocio ubicado en el sitio muy alejado de su casa, en una de las esquinas más importantes del sector y en donde la gente pasa a menudo y pregunta por números ganadores, importantes porque en esa esquina se mueve de todo, la gente va y viene y todos tienen que ver con esa calle. Ella abre el negocio pasadas las 9:00 a.m., un trabajo agotador y en donde todo depende de los consejos que ella le da a la gente, pues ella le da la suerte a incautos que se le arriman para jugar el sorteo del día, para el número que va a ganar ese día, pero no solo se alimenta del juego también las máquinas hacen adelantos para llamadas de móviles por mínimo tres mil pesos para la llamada importante del momento, ella también los vende. 


Son las 9:15 am aparece Chucho El Paisa con el tinto para el desayuno, un poco arrugados Lorena saca mil quinientos pesos del jean para el desayuno y lo acompaña con una almojábana que el mismo Chucho a las 5:00 am de ese día ha hecho en su casa para ofrecer a los pequeños negocios sus delicias. 9:30 am llega el primer cliente, el señor que no perdona apuesta, juega con el 3015 todos los días de mil pesos con la lotería de la mañana, pero eso no es todo, vuelve y pasa antes de las dos de la tarde y se juega con el mismo número otros mil pesos de apuesta con la lotería de las tres de la tarde. El señor del 3015 nunca se ha ganado una apuesta, el lo hace por admirarle los ojos verdes de Rosa María, lo hace porque en su casa lo joden todos los días, en cambio Lorena no lo jode, pero lo cobra la mirada diaria. Luego antes de las 10:00 am aparece otro personaje que no perdona es Doña Clotilde ella tiene un celular prepago  y todos  los días hace una recarga minina de tres mil pesos, hace su llamada se despide muy cariñosamente de Lorena y sigue su camino, ella ya sabe que al otro día hace exactamente lo mismo, pero la espera y en medio de la recarga una charladita va y una charladita viene, contando los acontecimientos últimos del  día a día. 


Mas tarde viene el señor que juega todos los días la lotería del medio día, el juega con el 486 directo y combinado, de seiscientos pesos en monedas. Lorena dice que ese señor es una verraquera de persona, que el conversa todos los días, que es de los pocos clientes con el que puede hablar directamente, sin tapujos y llamando a todas las cosas por el nombre real, ella dice que cuando el gana le da propina, como pocos, porque a la mayoría de los ganadores se les olvida la vendedora, esa mujer que sin lugar a dudas les dio la suerte. Son las 12:05 ya está haciendo hambre pero Lorena tiene que cumplir con un horario y no puede salir a almorzar como todos los demás, para eso está la mona, ella es una madre de dos hijos que todos los días santamente llega al negocio de Lorena y las dos se van a almorzar a uno de los restaurantes del sector, ella es su compañía a la hora del almuerzo, se acaba la hora del almuerzo, son las 3:30, Lorena vuelve a su negocio, a hacer la venta mínima del día para cumplir con el trabajo. Cuando abre ya se han jugado todas las loterías del medio día hasta las 3:00 pm, pasa el señor del 3015 y no ganó otra vez, pero Lorena sabe que el volverá, que el no la olvida, luego pasa el señor que juega la lotería del medio día y Lorena le da la buena noticia, el numero lo cogió combinado, el sabe que a Lorena le gustan las frutas y trae de una tienda cercana el mango más grande y Lorena se lo come con un gusto que envidiaría cualquiera, esa es la propina del señor, el realmente no lo hace por ganar plata y ella lo sabe, el lo hace por costumbre y porque ha encontrado una persona para conversar de la vida y de sus aficiones y de sus penurias. Son las 5:00 pm, los avances y recargas de celulares acabaron con el cupo, pero eso a ella no le importa, quien le importa es su hijo Martín que viene corriendo por la calle y la abraza apenas la ve y le da un beso en su mejilla. 


Martín esta vez no viene solo, viene con su tía, ya hizo todas las tareas que le dejaron en la escuela y va a acompañar a su mamá y a desearle suerte. Martín se desboca con un beso en la mejilla para su madre y le cuenta lo sucedido en la escuela en el día y en lo bien que le fue. La hermana de Lorena es madre soltera y viene con su niña para que Lorena la acaricie y la consienta. Martín le dice al oído en voz alta, mamá acabo de ver un señor que tenía en la mano un papel con el número 2385, mamá juéguelo para que ganemos, Lorena dice que el niño todos los días le llega con un número y cuento diferente y que ella a veces le ha hecho caso y han ganado, ella no se explica como Martín le dice esas cosas y como el niño adivina los números. Llega el señor que juega 20 números de  mil pesos cada uno, el juega con todas las loterías, pero Lorena dice que nunca gana, además porque el señor siempre dice que el nunca va a ganar, Lorena sin embargo juega con él todos los días excepto los domingos veinte números con loterías diferentes. Son las 8:00 pm resta una hora de juego y pasan los clientes ocasionales que viven del juego de la muela, la muela son los números más quedados de las loterías, ellos juegan esos números y a veces aciertan, pero eso a Lorena no le importa, ella de todos modos tiene que completar el cupo del día, no importa si la gente tiene un número de su predilección o más bien son incautos y juegan con la suerte del hijo de Lorena o con el número de la placa del taxi que va pasando en esos momentos. 


Lorena, la Apostadora también juega, juega porque ella es una ganadora y porque la costumbre de los demás también se volvió su costumbre. Son las 9:00 pm es hora de cerrar.

Reconocimiento a mi Relato Corto "Mujeres"

A continuación presento los mensajes de correo electrónico que recibí de amigos y familiares cuando avisé que me gané el III Concurso Internacional de Relato Corto "Caños Dorados"








Mujeres, Finalista Relato Corto en el III Concurso Internacional de Relato Corto y Poesía "Caños Dorados"

Mujeres
Por: Carlos M. Rentería
Derechos de Autor de mi obra Mujeres No. 10-350-97 de Octubre 17 de 2012


Hoy es un día muy especial, hoy estoy pensando en mi primer amor, como la llamaré? es la pregunta que me hago en estos momentos, no se como llamarla para no llamar su atención, para que no se sonroje, para que no le dé pena, para que no se delate ante su familia, para dejarla en paz, como la deje hace unos años por otro amor que tampoco sé como llamar ahora.
La llamaré mi primer poema, así la llamaré, así no se delatará ante los suyos, pero si lee este poema sabrá que es por ella, que es dedicado a ella, que es lo que estoy sintiendo ahora, que no ha olvidado esa primera vez.
Primer poema como estás, hoy te estoy recordando como hace unos años cuando te declaré mi amor, cuando mi alma aún era inocente y contigo descubrí lo inocente que no era, lo inocente que no éramos, lo inocente que no fuimos.
Primer poema recuerdas cuando nos dimos nuestro primer beso, recuerdas cuando te toque por primera vez, recuerdas esos momentos tan sublimes, tan especiales, recuérdalo amor mío, cuando te dije que te quería y que eras lo más importante en mi vida en esos momentos, que eras la luz que brillaba en mis pensamientos.
Ella siempre altiva, siempre graciosa, siempre feliz, así la recuerdo hoy, muy deliciosa, muy fascinante, muy mujer.
Ella me dio muchas cosas lindas para mi vida, me llenó de detalles, me lleno de palabras, ella fue una mujer especial que me enseño tantas cosas que he aplicado en mi vida desde que la conocí.
Ella tenía ojos verdes hermosos, su cabellera rubia y frondosa que paseaba de lado a lado y que acaricié tantas veces, ella era única, ella era hermosa, ella era una verdadera mujer.
Ella tenía los ojos más lindos que haya visto en mi vida, ojos que miré y que me miraron durante mucho tiempo, su figura muy contorneada, su piel muy delicada, ella era única, ella fue mía.
Hoy tengo en mi poder tus últimas palabras, tus últimos pensamientos y los quiero posar en esta hoja de papel: El pensamiento y vivencias de cada ser es un universo como el que nos rodea, aunque pase mucho tiempo y el deseo sea muy grande, solo conocemos una pequeña parte de dicho universo, y nadie nos asegura que lo comprendamos o que lo que conozcamos nos sea favorable. El pensamiento de cada uno, nos hace grandes e inolvidables. Siempre harás parte de mi vida en una forma muy especial.
Mujer de gran corazón, fuiste la mujer que llegó a mi vida en el momento más feliz de ella, que me hizo lo que soy ahora, hiciste tanto en mí que ahora en cada rostro que recorro con mi mirada te veo, te deseo aún.
Llegaste y te fuiste, te fuiste como la aurora en el amanecer, como el suspiro, te fuiste porque en esos momentos era lo mejor, pero dejaste en mí tu olor, tu mirada, tu cuerpo, tus besos, tus caricias, tu amor lo dejaste en mi, dentro de mi, en mi ser.
Te fuiste pero te sigo amando, te sigo con mis pensamientos, mujer divina, recuerdo ahora en estos momentos de tus ganas de darme gusto en mis locuras, de las ganas que le ponías a todos tus empeños.
Fuiste la primera mujer en que pensé que eras la elegida para toda mi vida, pero las cosas no se dieron y decidiste seguir tu camino sin rumbo, sin compañía, sola con tus pensamientos.
Me trajiste alegrías y esperanzas en un momento de incertidumbre, llegaste y llenaste el vacío, llenaste con tus besos, con tus caricias, fuiste la mujer que me enseñó el amor, me enseñó a comprender el dilema que tu misma creaste y que lo colocaste en este escrito: no sé si el amor se parece a ti o si tu te pareces al amor, pero si tengo muy claro es que tú eres la persona más especial e importante, eres mi amor.
Fui no sólo tu amante sino que los dos nos aventuramos a conocer los placeres terrenales, llegamos a los extremos y lo disfrutamos al máximo, vivimos juntos unos momentos inolvidables y que cada día recuerdo con cada vez más y más pasión, con cada vez más y más amor, con cada vez más y más deseo.
Fuiste la segunda mujer que elegí pero que otros no eligieron y eso nos separó, no se en donde fallamos, pero nos dejamos llevar por los que no entendieron el sentimiento que nos unía. Mujer deseada, sigues en mis pensamientos.
Fuiste un amanecer cálido, un crepúsculo en la tarde, una estrella en la noche, una luz en mi vida. Amarte no fue una prueba, amarte fue mi decisión y no me arrepiento.
Amarte fue para mí una experiencia vivida y que no volverá a repetirse, fue aprender a construir el camino, fue mi experiencia que no era lo mejor para nuestro futuro pero en esos tiempos si lo fue para ese presente, presente que aprovechamos, presente que disfrutamos.
Fue muy grato el haber estado contigo, poder sentirte, poder tocarte, poder amarte. Me hiciste muy feliz, me siento feliz por haberte encontrado en mi camino, por haber podido probar tu miel, por haber podido satisfacer mis dudas, por haber podido sentir tu olor, por haber podido acariciar tus cabellos, por poder mirarte en mis ojos, por poder oír tus pensamientos.
En tus miradas encendiste este fuego de mi alma, en tu boca mis labios recrearon mis sentidos, mis sueños fueron por fin realidad, porque te tuve cerca, porque te hice mía en esas noches de invierno, en esos días de frío, porque el calor de tu cuerpo se posó en el mío.
Yo fui tu sueño y te lo permití.





Primer Amor, Puesto 30 en el Torneo de Poesía en México

Primer Amor
Por: Carlos M. Rentería 
Derechos de Autor de mi obra Primer Amor: No. 10-308-325 del 17 de Noviembre de 2011


Hoy es un día muy especial, hoy estoy pensando en mi primer amor, como la llamaré? es la pregunta que me hago en estos momentos, no se como llamarla para no llamar su atención, para que no se sonroje, para que no le dé pena, para que no se delate ante su familia, para dejarla en paz, como la deje hace unos años por otro amor que tampoco sé como llamar ahora.
La llamaré mi primer poema, así la llamaré, así no se delatará ante los suyos, pero si lee este poema sabrá que es por ella, que es dedicado a ella, que es lo que estoy sintiendo ahora, que no ha olvidado esa primera vez.
Primer poema como estás, hoy te estoy recordando como hace unos años cuando te declaré mi amor, cuando mi alma aún era inocente y contigo descubrí lo inocente que no era, lo inocente que no éramos, lo inocente que no fuimos.
Cuando te conocí yo diría que el destino nos tenía preparado ese día, te vi y me gustaste con esos grandes y hermosos ojos verdes, con tu pelo rubio desordenado, te ví y me enamoré y me prometí que serías para mí y lo logré, un par de palabras significativas y un te quiero en medio de la noche y eso fue suficiente para que tu sintieras que mis palabras eran sinceras y que te deseaban en ese momento, te acuerdas.
Fuiste un amanecer cálido, un crepúsculo en la tarde, una estrella en la noche, una luz en mi vida. Amarte no fue una prueba, amarte fue mi decisión y no me arrepiento.
Amarte fue para mí una experiencia vivida y que no volverá a repetirse, fue aprender a construir el camino, fue mi experiencia que no era lo mejor para nuestro futuro pero en esos tiempos si lo fue para ese presente, presente que aprovechamos, presente que disfrutamos.
Amarte fue mi mejor presente, amarte fue mi pasado, amarte es mi presente y te recuerdo como en el pasado.
Fue muy grato el haber estado contigo, poder sentirte, poder tocarte, poder amarte. Me hiciste muy feliz, me siento feliz por haberte encontrado en mi camino, por haber podido probar tu miel, por haber podido satisfacer mis dudas, por haber podido sentir tu olor, por haber podido acariciar tus cabellos, por poder mirarte en mis ojos, por poder oír tus pensamientos.
En tus miradas encendiste este fuego de mi alma, en tu boca mis labios recrearon mis sentidos, mis sueños fueron por fin realidad, porque te tuve cerca, porque te hice mía en esas noches de invierno, en esos días de frío, porque el calor de tu cuerpo se posó en el mío.
Llegaste desde tan lejos solo para sentir mis caricias y te acaricié, llegaste por mis besos y te besé hasta más no pude, llegaste por mis pensamientos y no sólo te soñé sino que te sentí en mí, llegaste por mis sentidos y te involucraste en mí, llegaste por mí alma y te posaste en ella, no llegaste por casualidad, llegaste en los momentos que pediste en tus sueños y te lo permití. 
Primer poema recuerdas cuando nos dimos nuestro primer beso, recuerdas cuando te toque por primera vez, recuerdas esos momentos tan sublimes, tan especiales, recuérdalo amor mío, cuando te dije que te quería y que eras lo más importante en mi vida en esos momentos, que eras la luz que brillaba en mis pensamientos.
Yo fui tu sueño y te lo permití.





Lorena, La Apostadora

Lorena, La Apostadora
Por: Carlos M. Rentería
Derechos de Autor de mi obra: Lorena, La Apostadora No. 10-366-321 14-Feb-2013

Lorena una mujer de unos 30 años, de cuerpo esbelto o como se diría una mujer gruesa pero con una particularidad es alta y sabe caminar, unos ojos verdes bien bonitos y como decimos los hombres bien puestos porque hacen conjunto con la cara, de piel trigueña, pero el tiempo y el trajín del día a día, las madrugadas y las trasnochadas ya notan su desgaste. Lorena es una mujer que hasta hace dos años vivió con el padre de su hijo Martin de escasos 8 años, pero ella lo dejo por más libertad e independencia.  Todos los días Lorena deja a Martín en el colegio distrital donde cursa 3 grado de primaria y luego de ese recorrido diario y obligatorio se dirige al transporte ligero que la lleva y la trae en menor tiempo y se dirige hacia al norte de la ciudad y abrir el negocio de juegos y apuestas. Abre el negocio ubicado en el sitio muy alejado de su casa, en una de las esquinas más importantes del sector y en donde la gente pasa a menudo y pregunta por números ganadores, importantes porque en esa esquina se mueve de todo, la gente va y viene y todos tienen que ver con esa calle. Ella abre el negocio pasadas las 9:00 am, un trabajo agotador y en donde todo depende de los consejos que ella le da a la gente, pues ella le da la suerte a incautos que se le arriman para jugar el sorteo del día, para el número que va a ganar ese día, pero no solo se alimenta del juego también las máquinas hacen adelantos para llamadas de móviles por mínimo tres mil pesos para la llamada importante del momento, ella también los vende. Son las 9:15 am aparece Chucho El Paisa con el tinto para el desayuno, un poco arrugados Lorena saca mil quinientos pesos del jean para el desayuno y lo acompaña con una almojábana que el mismo Chucho a las 5:00 am de ese día ha hecho en su casa para ofrecer a los pequeños negocios sus delicias. 9:30 am llega el primer cliente, el señor que no perdona apuesta, juega con el 3015 todos los días de mil pesos con la lotería de la mañana, pero eso no es todo, vuelve y pasa antes de las dos de la tarde y se juega con el mismo número otros mil pesos de apuesta con la lotería de las tres de la tarde. El señor del 3015 nunca se ha ganado una apuesta, el lo hace por admirarle los ojos verdes de Rosa María, lo hace porque en su casa lo joden todos los días, en cambio Lorena no lo jode, pero lo cobra la mirada diaria. Luego antes de las 10:00 am aparece otro personaje que no perdona es Doña Clotilde ella tiene un celular prepago  y todos  los días hace una recarga minina de tres mil pesos, hace su llamada se despide muy cariñosamente de Lorena y sigue su camino, ella ya sabe que al otro día hace exactamente lo mismo, pero la espera y en medio de la recarga una charladita va y una charladita viene, contando los acontecimientos últimos del  día a día. Mas tarde viene el señor que juega todos los días la lotería del medio día, el juega con el 486 directo y combinado, de seiscientos pesos en monedas. Lorena dice que ese señor es una verraquera de persona, que el conversa todos los días, que es de los pocos clientes con el que puede hablar directamente, sin tapujos y llamando a todas las cosas por el nombre real, ella dice que cuando el gana le da propina, como pocos, porque a la mayoría de los ganadores se les olvida la vendedora, esa mujer que sin lugar a dudas les dio la suerte. Son las 12:05 ya está haciendo hambre pero Lorena tiene que cumplir con un horario y no puede salir a almorzar como todos los demás, para eso está la mona, ella es una madre de dos hijos que todos los días santamente llega al negocio de Lorena y las dos se van a almorzar a uno de los restaurantes del sector, ella es su compañía a la hora del almuerzo, se acaba la hora del almuerzo, son las 3:30, Lorena vuelve a su negocio, a hacer la venta mínima del día para cumplir con el trabajo. Cuando abre ya se han jugado todas las loterías del medio día hasta las 3:00 pm, pasa el señor del 3015 y no ganó otra vez, pero Lorena sabe que el volverá, que el no la olvida, luego pasa el señor que juega la lotería del medio día y Lorena le da la buena noticia, el numero lo cogió combinado, el sabe que a Lorena le gustan las frutas y trae de una tienda cercana el mango más grande y Lorena se lo come con un gusto que envidiaría cualquiera, esa es la propina del señor, el realmente no lo hace por ganar plata y ella lo sabe, el lo hace por costumbre y porque ha encontrado una persona para conversar de la vida y de sus aficiones y de sus penurias. Son las 5:00 pm, los avances y recargas de celulares acabaron con el cupo, pero eso a ella no le importa, quien le importa es su hijo Martín que viene corriendo por la calle y la abraza apenas la ve y le da un beso en su mejilla. Martín esta vez no viene solo, viene con su tía, ya hizo todas las tareas que le dejaron en la escuela y va a acompañar a su mamá y a desearle suerte. Martín se desboca con un beso en la mejilla para su madre y le cuenta lo sucedido en la escuela en el día y en lo bien que le fue. La hermana de Lorena es madre soltera y viene con su niña para que Lorena la acaricie y la consienta. Martín le dice al oído en voz alta, mamá acabo de ver un señor que tenía en la mano un papel con el número 2385, mamá juéguelo para que ganemos, Lorena dice que el niño todos los días le llega con un número y cuento diferente y que ella a veces le ha hecho caso y han ganado, ella no se explica como Martín le dice esas cosas y como el niño adivina los números. Llega el señor que juega 20 números de  mil pesos cada uno, el juega con todas las loterías, pero Lorena dice que nunca gana, además porque el señor siempre dice que el nunca va a ganar, Lorena sin embargo juega con él todos los días excepto los domingos veinte números con loterías diferentes. Son las 8:00 pm resta una hora de juego y pasan los clientes ocasionales que viven del juego de la muela, la muela son los números más quedados de las loterías, ellos juegan esos números y a veces aciertan, pero eso a Lorena no le importa, ella de todos modos tiene que completar el cupo del día, no importa si la gente tiene un número de su predilección o más bien son incautos y juegan con la suerte del hijo de Lorena o con el número de la placa del taxi que va pasando en esos momentos. Lorena, la Apostadora también juega, juega porque ella es una ganadora y porque la costumbre de los demás también se volvió su costumbre. Son las 9:00 pm es hora de cerrar.