Antología del Primera Convocatoria de Relatos Ir y Venir
Zapopan - Jalisco, México
¡Felicidades! Estas son nuestras historias seleccionadas
Libertad divino tesoro!
José Antonio del Olmo del Olmo
El hombre feliz
Erick Efrain Soria Ramirez
Me enfado
Jessica Jahzeel Morales Muñoz
90/92
Cristopher Kiabeth Bolaños Arciniega
El parque en otoño
Agustina Sánchez
Me hubiera bajado con ella
Jorge Enrique Torres Delgado
Al final de la primavera
Jorge Alberto Gallegos Cardona
El viaje sin destino
Carlos Manuel Rentería de la Cruz
Mi mayor miedo
Mario Alberto López Orozco
Alicia en bicicleta
Raúl Vázquez Flores
En el vientre del tren
Miriam Chávez Martínez
Mitología posmoderna
Lilia Lizbeth Camberos Gutiérrez
Analco
Fausto Salcedo Rivera
En la bici como en la vida: cadencia
Elizabeth Santana Hernández
Motor humano
Carlos Alberto de la Cruz Suárez
AndoRodAndo
Juan Pablo Orozco Salazar
En mi caminar
Johanna Isabel Lopez Torres
Orquesta de vida
Martin Benjamen Berger
Buscando el amor
Marian Villaseñor Mendoza
Historia detrás del volante
Marcela Orozco Salazar
Pasos
Margarita Salazar Teniza
Cementerios
Cecilia Francisca Carpi
La danza del torito
José David Hernández Varela
Quinceavo piso
Luis Alberto Paz González
Ciudad[es]
José Leobardo Aguilar Bueno
La gran pista
Adriana Jiménez Flores
Recalculanding Giovanni
Fernando Méndez Hernández
Con muchos kilómetros en la espalda
Maria Esther Soto García
La libertad del domingo
Héctor Raúl Guevara Ramirez
Sobre ruedas
Aleksandra Merdovic
Conexión
Hilda Elizabeth Cárdenas Amézquita
Cruce peatonal
La vida es distinta desde esta ventana
Alejandro Mesa Moreno
Suéter rosa Valeria Karina Gómez Chávez
María Inés Hernández Fernández
Llegar a casa Mariana
Irais Vázquez Ángeles
Temple
Ulises Barragán Marmolejo
Después del coche, ¿qué nos quedará?
Guillermo Bejarano Becerril
Llevaba mucha prisa
Josué Omar Valdivia Luna
Vaivén
Federico de Jesús Jiménez Huerta
Destinatarios
Rubén Andrés Moreno de la Rosa
Los cuentos antes de dormir
Isaac Belmar García
El Viaje sin Destino
Por: Carlos M. Rentería
Era un día acompañado de un frio intenso, la neblina se asomaba por las ventanas del tren, íbamos sin quererlo para destinos diferentes, ella detenía su mirada cuando la mía se cruzaba, era una rutina de todos los días. Éramos dos completos extraños huyendo del destino. Ella siempre a la misma hora pasaba en frente de mí y se dirigía tímidamente al restaurante a tomar un café caliente, entre tanto yo la sigo con la mirada maliciosa, observo su caminar, sus caderas moviéndose de un lado a otro como invitándome a una cita a ciegas. Luego de unos minutos vuelve a la silla y los dos sin mediar palabra alguna y en una comunicación casi pasiva, retornamos a las sillas a esperar el destino.