miércoles, 27 de marzo de 2013

Mujeres, Finalista Relato Corto en el III Concurso Internacional de Relato Corto y Poesía "Caños Dorados"

Mujeres
Por: Carlos M. Rentería
Derechos de Autor de mi obra Mujeres No. 10-350-97 de Octubre 17 de 2012


Hoy es un día muy especial, hoy estoy pensando en mi primer amor, como la llamaré? es la pregunta que me hago en estos momentos, no se como llamarla para no llamar su atención, para que no se sonroje, para que no le dé pena, para que no se delate ante su familia, para dejarla en paz, como la deje hace unos años por otro amor que tampoco sé como llamar ahora.
La llamaré mi primer poema, así la llamaré, así no se delatará ante los suyos, pero si lee este poema sabrá que es por ella, que es dedicado a ella, que es lo que estoy sintiendo ahora, que no ha olvidado esa primera vez.
Primer poema como estás, hoy te estoy recordando como hace unos años cuando te declaré mi amor, cuando mi alma aún era inocente y contigo descubrí lo inocente que no era, lo inocente que no éramos, lo inocente que no fuimos.
Primer poema recuerdas cuando nos dimos nuestro primer beso, recuerdas cuando te toque por primera vez, recuerdas esos momentos tan sublimes, tan especiales, recuérdalo amor mío, cuando te dije que te quería y que eras lo más importante en mi vida en esos momentos, que eras la luz que brillaba en mis pensamientos.
Ella siempre altiva, siempre graciosa, siempre feliz, así la recuerdo hoy, muy deliciosa, muy fascinante, muy mujer.
Ella me dio muchas cosas lindas para mi vida, me llenó de detalles, me lleno de palabras, ella fue una mujer especial que me enseño tantas cosas que he aplicado en mi vida desde que la conocí.
Ella tenía ojos verdes hermosos, su cabellera rubia y frondosa que paseaba de lado a lado y que acaricié tantas veces, ella era única, ella era hermosa, ella era una verdadera mujer.
Ella tenía los ojos más lindos que haya visto en mi vida, ojos que miré y que me miraron durante mucho tiempo, su figura muy contorneada, su piel muy delicada, ella era única, ella fue mía.
Hoy tengo en mi poder tus últimas palabras, tus últimos pensamientos y los quiero posar en esta hoja de papel: El pensamiento y vivencias de cada ser es un universo como el que nos rodea, aunque pase mucho tiempo y el deseo sea muy grande, solo conocemos una pequeña parte de dicho universo, y nadie nos asegura que lo comprendamos o que lo que conozcamos nos sea favorable. El pensamiento de cada uno, nos hace grandes e inolvidables. Siempre harás parte de mi vida en una forma muy especial.
Mujer de gran corazón, fuiste la mujer que llegó a mi vida en el momento más feliz de ella, que me hizo lo que soy ahora, hiciste tanto en mí que ahora en cada rostro que recorro con mi mirada te veo, te deseo aún.
Llegaste y te fuiste, te fuiste como la aurora en el amanecer, como el suspiro, te fuiste porque en esos momentos era lo mejor, pero dejaste en mí tu olor, tu mirada, tu cuerpo, tus besos, tus caricias, tu amor lo dejaste en mi, dentro de mi, en mi ser.
Te fuiste pero te sigo amando, te sigo con mis pensamientos, mujer divina, recuerdo ahora en estos momentos de tus ganas de darme gusto en mis locuras, de las ganas que le ponías a todos tus empeños.
Fuiste la primera mujer en que pensé que eras la elegida para toda mi vida, pero las cosas no se dieron y decidiste seguir tu camino sin rumbo, sin compañía, sola con tus pensamientos.
Me trajiste alegrías y esperanzas en un momento de incertidumbre, llegaste y llenaste el vacío, llenaste con tus besos, con tus caricias, fuiste la mujer que me enseñó el amor, me enseñó a comprender el dilema que tu misma creaste y que lo colocaste en este escrito: no sé si el amor se parece a ti o si tu te pareces al amor, pero si tengo muy claro es que tú eres la persona más especial e importante, eres mi amor.
Fui no sólo tu amante sino que los dos nos aventuramos a conocer los placeres terrenales, llegamos a los extremos y lo disfrutamos al máximo, vivimos juntos unos momentos inolvidables y que cada día recuerdo con cada vez más y más pasión, con cada vez más y más amor, con cada vez más y más deseo.
Fuiste la segunda mujer que elegí pero que otros no eligieron y eso nos separó, no se en donde fallamos, pero nos dejamos llevar por los que no entendieron el sentimiento que nos unía. Mujer deseada, sigues en mis pensamientos.
Fuiste un amanecer cálido, un crepúsculo en la tarde, una estrella en la noche, una luz en mi vida. Amarte no fue una prueba, amarte fue mi decisión y no me arrepiento.
Amarte fue para mí una experiencia vivida y que no volverá a repetirse, fue aprender a construir el camino, fue mi experiencia que no era lo mejor para nuestro futuro pero en esos tiempos si lo fue para ese presente, presente que aprovechamos, presente que disfrutamos.
Fue muy grato el haber estado contigo, poder sentirte, poder tocarte, poder amarte. Me hiciste muy feliz, me siento feliz por haberte encontrado en mi camino, por haber podido probar tu miel, por haber podido satisfacer mis dudas, por haber podido sentir tu olor, por haber podido acariciar tus cabellos, por poder mirarte en mis ojos, por poder oír tus pensamientos.
En tus miradas encendiste este fuego de mi alma, en tu boca mis labios recrearon mis sentidos, mis sueños fueron por fin realidad, porque te tuve cerca, porque te hice mía en esas noches de invierno, en esos días de frío, porque el calor de tu cuerpo se posó en el mío.
Yo fui tu sueño y te lo permití.